Nos encontramos con muchos clientes que en ocasiones nos traen los tintes o productos para que se los apliquemos, o nos negocian los precios de nuestros servicios, debemos de mantenernos firmes ante estas situaciones y no dejar que los clientes nos manipulen por miedo a perderlos.
El prestigio de esta profesión pasa por todos, los primeros que nos debemos respetar somos nosotros, nuestro precio no es negociable. Yo no voy a un restaurante con mi comida y me pongo en una mesa a comer, y menos le digo al cocinero que mi comida es mejor!! Eso es humillante y degrada nuestro servicio y nuestra categoría profesional.

Si luchamos por una profesión digna, los clientes deben de tener respeto por sus estilistas y no negociar los precios como si estuvieran en un rastrillo comprando baratijas de segunda mano.

Somos un sector en el que trabajamos muchas personas profesionales y este tipo de comportamiento de alguno de nuestros clientes se debe erradicar, con elegancia y clase. «No estamos para servir a nadie, estamos para dar un servicio, que es muy diferente.»
Si queremos que nos respeten, empecemos a poner barreras a estos clientes que simplemente quieren que les sirvamos como ellos quieren, y esto no es así, en cada salón debe de haber unas normas, unos protocolos y una atención cualificada que anule estos comportamientos.
Empecemos el año haciendo campaña para que los clientes respeten esta profesión que amamos y que algunas clientas no entienden la cantidad de horas, esfuerzo y dedicación que ponemos en lo que hacemos diariamente.